DÍA MUNDIAL DE LA EDUCACIÓN
Por Orlando
Granda Paucar
Cada 1ro de abril, en el mundo se celebra el Día
Mundial de la Educación. Fecha propicia para reflexionar sobre la importancia
que esta tiene en la formación de los individuos: nuevos hombres poseedores de
un espíritu renovado que permita crear sociedades nuevas, más humanas, menos
violentas y más justas: ese es el norte.
Sócrates decía, hace 2 500 años, en un pensamiento
acertado: “Solo es útil el conocimiento que nos hace mejores”. Efectivamente, no
se equivocó, la tenía clara: ser mejores, y la educación es el camino, pero
cuidado, no confundir conceptos, Severo Catalina, político y escritor español
del siglo XIX, decía: “La mayor parte de
la gente confunde la educación con la instrucción”. Educación e instrucción
no son lo mismo: uno tiene un concepto más restringido. Veamos.
La instrucción es,
por ejemplo, la adquisición de los conocimientos que recibes o descubres en las
aulas, en cambio la educación implica más cosas, no solo conocimientos sino trabajo
arduo con el espíritu de la persona; es decir, formación para lograr un
individuo realmente humano, sensible con el dolor y la necesidad ajenos, solidario,
honesto, una persona consciente de su accionar bajo banderas irrenunciables como
son las de los valores, porque ¿de qué serviría una persona con títulos o con
un buen trabajo si como ser humano es deleznable? Lo que se requiere, entonces,
no solo es tener individuos instruidos, sino educados, formados y que tengan
claro que así como se puede lograr éxitos profesionales y económicos en la
vida, que son deseables, estos éxitos tienen que ir acompañados de la seguridad
de que los valores, por ejemplo, no son asuntos relativos sino absolutos, en
otras palabras, es inconcebible expresiones como: “Soy medio puntual o más o
menos honesto o soy un tanto responsable”. O eres puntual o eres impuntual, o
eres honesto o eres deshonesto, o eres responsable o eres irresponsable…, así
de claro y contundente, sin medias tintas: eso te llevará a no transar con todo
aquello que sea inmoral, deshonesto…
Que fechas como
estas sean territorio de reflexión y de análisis, que permitan esos espacios necesarios que motiven una
corrección de todo aquello que haya que cambiar para un crecimiento integral
como seres humanos, en ese afán supremo de lograr hombres (varones y mujeres)
distintos, con un nuevo espíritu que conduzca hacia la construcción de una
nueva sociedad donde prime la justicia y la claridad de mente y espíritu para
discernir lo bueno de lo malo, lo correcto de lo incorrecto, lo moral de lo
inmoral, porque como decía el español Antonio Maura: “Educar es adiestrar al hombre para hacer un buen uso de su vida, para
vivir bien; lo cual quiere decir que educar es adiestrarse para su propia
felicidad.” Así sea.
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