martes, 3 de mayo de 2016

Día del Idioma


EL DÍA DEL IDIOMA
Profesor Orlando Granda

El día sábado, 23 de abril, se celebró el Día del Idioma, también el Día del Libro. ¿Por qué en esa fecha esas dos celebraciones? Pues hace cuatrocientos años falleció el mayor escritor de la lengua española, me refiero a Miguel de Cervantes Saavedra, autor de “El Ingenioso Hidalgo don Quijote de La Mancha”, según muchos, la mejor novela de todos los tiempos, publicada en dos partes, en los años 1605 y 1615. La explicación de por qué el día del libro cae por su propio peso.
Nuestro idioma tiene una antigüedad aproximada de mil años, es decir, surge en plena Edad Media, época de castillos y caballeros. El nombre castellano proviene del nombre de la región donde surgió este idioma: Castilla, zona central de España donde se encuentra su capital: Madrid. El nombre Castilla proviene del hecho de que en esa zona se construyeron una gran cantidad de castillos (algunos dicen que los más hermosos de Europa). Dato curioso.
En la actualidad, somos más de 500 millones de hablantes del castellano en el mundo. Hoy por hoy, de los 7 000 idiomas que se hablan, nuestro idioma ocupa el segundo puesto como idioma materno más hablado en el mundo, después del chino mandarín, pero mientras en este idioma (y en el inglés), por razones demográficas, el porcentaje de hablantes está en descenso, los hispanohablantes van en aumento, lo que hará que en treinta años, para el año 2045, el español se convierta con toda probabilidad el idioma más hablado del mundo. Igualmente las estadísticas aseguran que en el año 2050, Estados Unidos de Norteamérica se convertirá en el primer país hispanohablante.
Siempre lo tuve claro, la mejor manera de celebrar fechas como estas es leyendo, al hacerlo no solo te informas y diviertes, se enriquece tu vocabulario, tu escritura mejora; es decir, desarrollas tu capacidad expresiva: expresas ideas con precisión y corrección. No hay mejor homenaje que emplear correctamente el idioma (ya no más “haiga”, “nadies”, “dean” y demás), he ahí la importancia de la lectura, del libro.
Frecuenta la poesía de César Vallejo y Carlos Oquendo de Amat, transita por las novelas de Ciro Alegría y José María Arguedas, afíncate en los cuentos de Abraham Valdelomar y Julio Ramón Ribeyro, descúbrete en los ensayos de Raúl Porras Barrenechea y de José Carlos Mariátegui, por solo mencionar autores peruanos.
La idea es crecer, y la lectura te permite un crecimiento intelectual, espiritual. Una vez terminado de leer un libro ya no somos los mismos, algo o mucho de nosotros habrá cambiado, siempre en cuando que los libros pasen por nosotros, como lo quería Confucio, quien una vez dijo: “Leer sin meditar es una ocupación inútil”. No se equivocó, leer sin reflexión es perder el tiempo, es un disparate, mejor haz otras cosas.  Hace unos días leí este texto:
¿POR QUÉ LEER?
  1. Porque puedes viajar a otros lugares sin necesidad de levantarte del lugar donde estás leyendo.
  2. Porque un libro es la mejor, la más rápida (y única) máquina del tiempo jamás inventada.
  3. Porque te ayuda a olvidarte de tus problemas, te da esperanza, y te recuerda que los finales felices también existen.
  4. Porque es cultura. Aprenderás sin percatarte de ello. Conocerás tradiciones lejanas a    ti, te ayudará a mejorar tu vocabulario y a escribir mejor.
  5. Es cierto. Urge leer: lee, entonces. Si tienes prejuicios con la lectura, destiérralos. Es una deuda que tienes contigo y hay que saldarla. Lo más pronto posible. Así sea.

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